Rayo Vallecano: el grano en el culo del fútbol negocio

para Tercercordon.com.ar

Cuando se habla de fútbol, no solo se habla de deporte. En Madrid, hay un distrito que no es la excepción. Hay un club y una hinchada que se reconoce como "de izquierdas y revolucionario" por varias razones. Quizás porque el Puente de Vallecas es el único distrito de Madrid en el que nunca ganó el Partido Popular (PP). Quizás porque, durante la Guerra Civil, tenían un alcalde socialista, Amós Acero Pérez, que fue ejecutado al resistirse a la quema de una escuela con chicos adentro. Quizás porque Vallecas fue el barrio más castigado por los bombardeos comandados por Franco. Quizás porque es el semillero de dirigentes de izquierda como Pablo Iglesias o Inés Sabanés. Quizás por todo eso y porque, como dice Quique Peinado en su libro A las armas, Vallecas es una reserva de la rebeldía desde hace siglos y el Rayo Vallecano representa simbólicamente el espíritu revolucionario en algo tan poco revolucionario como el fútbol.

Vallecas es un barrio combativo desde siempre, pero el Rayo lo es desde hace algunos años con la llegada de los Bukaneros al fondo del Campo de Fútbol de Vallecas. Nacieron en 1992 con el auge de las Sociedades Anónimas Deportivas. Se autodefinen como "anticapitalistas, antifascistas y antirracistas" y se posicionan en contra del "fútbol negocio", como ellos lo definen.

En los últimos años, sobre todo cuando la crisis económica afectó España, los Bukaneros se caracterizaron por su apoyo a la lucha de la clase obrera mediante pancartas en las gradas. Por ejemplo, "PP-PSOE la misma mierda es". Y cada vez que un mensaje nuevo aparece en el Campo de Fútbol de Vallecas, el estadio aplaude aquellas consignas políticas. Eso es lo que convirtió a Vallecas en un estadio especial. "El Rayo es un club politizado por su hinchada, y no hay que tener miedo a decirlo: La Franja es orgullosa representante de su barrio; el Rayo es de izquierdas", define Peinado.

1992

En 1990, en España, se aprobó la Ley del Deporte con el objetivo de imponer un plan de saneamiento económico en el fútbol español ya que la deuda de los clubes superaba los 330 millones de euros. El plan consistía, por un lado, en desvincular al Estado de la participación en los gastos de los clubes. Los entes públicos absorbían las deudas debido a la función social que tenían los clubes de cada región en la sociedad. Javier Gómez Navarro, Secretario de Estado para el Deporte en aquellos años, dijo: "Lo que tenemos muy claro es que, para el futuro, el Estado y el Gobierno no quieren bajo ningún concepto ayudar al deporte profesional, que es un espectáculo como otro cualquiera y que debe vivir de los ingresos que genera". En segundo lugar, el plan de saneamiento tenía como objetivo la transparencia en la actividad económica en el fútbol.

Con la aprobación de la Ley, la mayoría de los clubes pasaron a convertirse en Sociedades Anónimas Deportivas con la excepción de cuatro: Real Madrid, Barcelona, Athletic de Bilbao y Osasuna. En ese momento, su situación financiera y societaria les permitió mantener su estructura jurídica como clubes deportivos. La paradoja estuvo en que, durante la década del 90, los máximos accionistas de la mayoría de los equipos de La Liga fueron empresarios del sector de la construcción y la obra pública, como así también empresarios con participación en la política. Dentro de este último grupo estaba José María Ruiz Mateos, quien se convirtió en 1991 en el propietario de la Agrupación Deportiva Rayo Vallecano, como se llamaba en aquellos años.

Un año después, en 1992, siete hinchas del Rayo se juntaron y crearon Bukaneros, nombre de la Batalla Naval que, todos los años, la gente de Vallecas celebra en las Fiestas del Carmen. Así se presentan: "El Rayo Vallecano es símbolo y orgullo de la clase obrera que cada domingo acude al Nuevo Estadio de Vallecas a ver fútbol puro y evadirse de la cotidiana realidad. No queremos un Rayo con fines publicitarios o propagandísticos, solo aquel que una vez fue y que en ocasiones recupera su verdadero espíritu cuando se aleja de otros intereses".

"Presa, vete ya"

Dos personas encarnan para los Bukaneros el fútbol moderno: Javier Tebas, presidente de La Liga, y Raúl Martín Presa, presidente del Rayo Vallecano.

Hace un año, a principios de 2018, La Liga hizo un negocio con el gobierno y la federación de Arabia Saudita. Nueve jugadores del país asiático llegaron al fútbol español cedidos por sus clubes durante seis meses. La intención era mejorar el nivel de la selección árabe con el Mundial de Rusia en el horizonte. Lo llamativo estuvo en que en vez de costarles dinero, los equipos españoles recibieron ingresos económicos que en algunos casos llegaron hasta los cinco millones de euros. El Rayo Vallecano, en aquel momento en Segunda, fue el equipo en el que cayó Abdulmajeed Al Sualihim.

Los Bukaneros no se quedaron callados. Luego de la noticia, en el siguiente partido de local, sacaron pancartas que anunciaban lo que se iba a ver dentro del estadio: "Quien siente los colores, no trafica con la historia del club". Aquel sábado, el Fondo recibió al equipo con un agregado diferente: dos jeques que deambulaban por la tribuna con sus billetes en la mano, con la esperanza y la seguridad de poder comprar los sentimientos de los hinchas rayistas. "Por si a alguien se le ha olvidado: Vallecas es un barrio humilde, con unos valores especiales, con una filosofía clara y una afición cuya oposición al capitalismo y al fútbol moderno está a la vista de todos", dijeron los Bukaneros días después.

El estadio acompañó la consigna. Los Bukaneros contagiaron a las otras tribunas con el grito "Presa, vete ya".

Presa llegó al club en 2011 después de la presidencia durante 20 años de los Ruiz Mateos, marido y mujer. Durante la primera etapa del Rayo Vallecano SAD se modificó el nombre del club. Agrupación Deportiva Rayo Vallecano (ADRV) pasó a llamarse Rayo Vallecano de Madrid (RVM) porque "si el Real y el Atleti llevan el nombre de Madrid, a ver por qué nosotros no", como dijo María Teresa, esposa de José María Ruiz Mateos. La hinchada y los Bukaneros nunca perdonaron ese cambio y todavía luchan por recuperar su nombre.

Algo similar ocurrió con el nombre de su estadio. Hasta 2004 se llamó Nuevo Estadio de Vallecas, pero 13 años después de la llegada de la familia Ruiz Mateos, se le puso el nombre de Teresa Rivero, primera mujer presidenta de un equipo de fútbol de Primera División de España. Sin embargo, con la compra por parte de Raúl Martín Presa del club, el estadio pasó a llamarse "Campo de Fútbol de Vallecas".

Si el fútbol es de las televisiones, que animen ellas

En abril de 2017, Javier Tebas fue declarado "persona no grata" en el Puente de Vallecas por su enfrentamiento con la hinchada del Rayo. A principios de 2017, Román Zozulya fue cedido por el Betis al Rayo Vallecano. La hinchada y, principalmente, los Bukaneros se mostraron en contra de la llegada del jugador, a quien calificaron de neonazi. Presa no escuchó y, para mostrar su descontento, los Bukaneros salieron con pancartas en el primer partido que disputó el jugador: "Vallekas es libertad, igualdad y solidaridad. NOT WELCOME". El mensaje fue acompañado con el grito: "¡Esta es la grada antifascista!".

Presa no escuchó y los Bukaneros aparecieron en un entrenamiento con pancartas: "Vallekas no es lugar para nazis. Presa, para ti tampoco. Vete ya". El jugador volvió al Betis esa misma semana. Tebas presentó una querella criminal contra los 17 Bukaneros que participaron del reclamo en el entrenamiento: "No está en el Rayo porque el jugador ha tomado la decisión de marcharse a Sevilla. Desde La Liga vamos a poner una querella para que se investigue a los que han causado ese miedo. Zozulya tiene derecho a acceder a su puesto de trabajo con total libertad y no encontrarse lo que se encontró en el campo el otro día". Los hinchas del Rayo se enfrentaron al presidente de La Liga porque "menoscabó los derechos de libertad de expresión de los que todos los ciudadanos gozan".

Javier Tebas Medrano es, desde el 2013, presidente de la Liga de Fútbol Profesional de España. En Argentina, se lo conoce porque fue inspirador de la Superliga Argentina y aconsejó la entrada de las privadas en la televisación del fútbol para terminar con el fútbol por la televisión abierta. En La Liga, la televisación no es un tema menor. La gestión de Tebas, durante los últimos años, contempla todo lo que ocurre durante los 90 minutos. Por ejemplo, se controla el porcentaje mínimo de ocupación de las tribunas, se controla que haya únicamente dos heladeritas con publicidad en los bancos de suplentes, se cronometra la celebración de los goles -no pueden superar los quince segundos- y, desde esta temporada, no se permiten las pancartas que tapan la publicidad estática.

Los Bukaneros no hacen oídos sordos. Si bien sus pancartas con mensajes políticos no están prohibidos ya que son temporales y no tapan la publicidad, no están de acuerdo ni con los horarios que favorecen la televisación de los partidos para otros países -algo que comenzó a practicarse en Argentina con el horario europeo de los domingos a la mañana- ni con los enfrentamientos los viernes y los lunes. "Si el fútbol es de las televisiones, que animen ellas. No al fútbol los viernes" y "Si el fútbol es de Javier Tebas, que anime su puta madre" son dos de las pancartas que aparecieron en el Campo de Fútbol de Vallecas en la actual temporada. "Odiamos el fútbol los viernes tanto como al que impone horarios incompatibles con ir al estadio. ¡El fútbol, para el fin de semana!", dicen los Bukaneros.

"El campo del Rayo tiene mucha mística. A sus gradas vienen muchos madrileños y un sorprendente número de ingleses, pero nunca he visto a un chino. Y fue el último estadio de alto nivel de Europa que aún mantenía las vallas, porque los poderosos del fútbol no se fiaban de nosotros (y con razón), y aquello nos daba un aire todavía más maldito", cuenta Peinado. Los presidentes y los accionistas, por negocios, por querer adaptarse al "fútbol moderno" pretenden cambiar parte de la historia de este club, pero mientras estén los hinchas y los Bukaneros en Vallecas habrá un equipo de barrio, de partidos al sol y de botas de vino por la mañana. Y serán su grano en el culo. Su glorioso grano en el culo.