British Ladies FC

En 1894, la activista británica de los derechos de la mujer, Nettie Honeyball puso un anuncio en el Daily Graphic para buscar interesadas en formar un equipo femenino de fútbol. Más de treinta mujeres se presentaron a los entrenamientos. Y así se fundó el British Ladies FC, el primer club de fútbol femenino de la historia que contó con la ayuda y el patrocinio de la aristócrata lady Florence Dixie, hija del marqués de Queensberry.

Bill Julian, jugador en aquel momento del Tottenham Hotspur, fue quien las entrenó dos veces por semana en el terreno adyacente al Alexandra Park. A falta de un equipo rival, el club se dividió en dos equipos: Londres Norte y Londres Sur.

Un mes antes de su debut, Nettie Honeyball declaró ante la prensa: "Fundé el equipo el año pasado con la firme intención de demostrarle al mundo que las mujeres no son las criaturas ornamentales e inútiles que el hombre ha caricaturizado. Debo admitir que mis convicciones en torno a todo tipo de temas acerca de los sexos están a favor de la emancipación, y quiero que llegue el día en el que las mujeres puedan sentarse en el parlamento y tengan voz en todo tipo de cuestiones, especialmente en aquellos que aborden temas importantes".

Ante diez mil espectadores, el 23 de marzo de 1895, el club jugó su primer partido en el estadio Crouch End de la capital. Claro que las chicas tuvieron que ceder ante el mundo machista y negociar algunos puntos. Tal fue así el tema del vestuario: aunque a las jugadoras se les permitía no llevar corsé y calzar zapatos de hombre, debían jugar con gorro; si alguna lo perdía en un roce o una jugada del partido, este se detenía hasta que lo colocara de nuevo.

Las repercusiones de aquel día no tardaron en llegar. Los medios ridiculizaron el encuentro al día siguiente: "Sería ocioso intentar hacer una descripción del juego. Los primeros partidos fueron suficientes para comprobar que el fútbol no es para mujeres. El futbolista necesita velocidad, juicio, habilidad y coraje. Ninguna de estas cuatro características apareció el sábado. La mayoría de las jugadoras se movían en el campo sin sentido y a trote. Además se jugó con un balón más pequeño de lo habitual, y a pesar de ello, la jugadora más fuerte apenas podía desplazarlo unas pocas yardas".

El debate que se generó dio pie a la unión de aquellas mujeres que querían hacerse un lugar en un mundo dominado por el hombre. Aquello se vio en la lucha contra el prejuicio y la estigmatización del periodismo machista: "Creo que el público tiene una errónea visión de las futbolistas. Por supuesto que todos saben que no practican un buen fútbol: ¿Pero quién podría imaginar lo contrario? Si seleccionáramos un grupo aleatoriamente de futbolistas que no saben nada del juego y les pedimos que actúen ante un gran público sucedería exactamente lo mismo".

A partir de las repercusiones, en distintas ciudades -como Birmingham- se imitó la iniciativa de British Ladies FC, e incluso, se disputaron partidos benéficos. Sin embargo, a los pocos meses la FA prohibió los partidos femeninos por considerar al fútbol un juego demasiado rudo para las mujeres.

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