Día de los inocentes: una cargada de risa

Juan es mi cuñado. Es hincha de Independiente y cero futbolero. Me conoce y sabe que yo soy su opuesto: racinguista y futbolera. No es de aquellas personas que precisamente tratan de hacer un esfuerzo por caer bien en la familia. Él es como es. Si te gusta bien, si no, también. Es arisco y tiene pinta de serio. Cuando hace un chiste, a veces, ni siquiera sonríe y eso me genera más gracia aún. 
Mi hermana es la excepción de la familia. No le gusta el fútbol y, según ella, no es de ningún equipo aunque si alguna vez fue de uno fue de Boca gracias a mi tío. Así que las veces que voy a su casa, jamás hablamos de fútbol entre los tres. Pero hubo una vez que ambos sacaron el tema. Estábamos almorzando y, como quien no quiere la cosa, mi hermana recordó que en el casamiento de un amigo suyo había estado Bochini. Mi hermana, en ese momento, se agrandó un poco y sacó chapa de que sabía quien era: "Bochini, un jugador muy importante de Independiente". Y Juan no se quedó atrás y agregó: "Nos dijeron que es el ídolo". Me aclararon que ellos ni siquiera sabían quién era hasta que alguien en la fiesta se los señaló y se los presentó con aquellas mismas palabras que ellos me lo presentaron a mí. Los miré y les contesté que conocía a Bochini. Y me reí. 
En ese momento, Juan aprovechó el clima futbolero y soltó:
- Creo que les ganamos el otro día.
- ¿A Racing? -le pregunté-. Sí, nos ganaron.
- Algo escuché, pero te estaba cargando. 
Me costó entender que me estaba cargando. No por su comentario porque dicho con un tono sarcástico se podría convertir en una especie de chicana. Me costó porque viniendo de él provocó que los tres nos cagáramos de risa porque no nos creíamos que eso fuera posible. Ese fue el primer comentario de un hincha de Independiente después de un clásico perdido que no me molestó. Y me lo hizo mi cuñado, después de explicarle quién era Bochini.
La segunda vez que hablé con él de fútbol fue hace un rato. Y fue la segunda vez que una cargada me hizo cagar de risa. Me mandó una captura de pantalla de tuit de una cuenta del Rojo que decía: "Feliz día de los inocentes". Abajo, una foto del escudo de Racing con 7 copas Libertadores. Si alguien me la hubiera mandando, no me hubiera molestado, pero tampoco le hubiera contestado. Pero lo que Juan me puso abajo de la foto fue lo que me generó un ataque de risa e hizo que fuera el mejor mensaje del Día de los Inocentes que recibí alguna vez. Y sí, de nuevo fue él, mi cuñado, después de que Boca perdiera la final y el Rojo siga siendo el único Rey de Copas: "No entiendo si es una cargada contra Racing o contra Independiente... Pero por las dudas".

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