Aúpa, Osasuna

Al norte de España, hay un club que sigue siendo de sus socios. Cuyo nombre significa salud, fuerza o vigor, sigue siendo el único equipo español con nombre en euskera. Hasta el año pasado, presentaba la misma cantidad de temporadas en Primera y en Segunda: 37. Y, en ambas, siempre llenó sus tribunas. Hay un equipo cuyos hinchas gritan y visten con orgullo la camiseta rojilla. Indar Gorri -"Fuerza roja" en euskera- es el nombre de su hinchada. Cada partido, cuando sale su equipo, aplauden y le pegan a las publicidades metálicas del estadio al ritmo de "Somos Osasuna, valiente y luchador, que defiende sus colores con el corazón...".

Esta temporada, el equipo de Pamplona volvió a Primera. El Sadar, cada fin de semana, hierve como lo hacía el año pasado en Segunda. Y, quizás, uno de los motivos por los que su hinchada muestra una fidelidad diferente a la del resto de los clubes de Primera y Segunda es porque sigue siendo un club deportivo y no una Sociedad Anónima Deportiva, como ocurre con la mayoría de los clubes españoles. En 1990, cuando se aprobó la Ley del Deporte con el objetivo de imponer un plan de saneamiento económico en el fútbol español, la mayoría de los clubes pasaron a convertirse en Sociedades Anónimas Deportivas, con la excepción de cuatro: Real Madrid, Barcelona, Athletic de Bilbao y, claro, Osasuna.

Pero al equipo de la ciudad rojilla de los juevinxos, las botas de vino y los pañuelos rojos, algo lo hace ser diferente: sus limitaciones económicas, su función social dentro de Navarra y la pasión desaforada de sus hinchas. Además, si bien Real Madrid y Barcelona son clubes deportivos, en la práctica funcionan como si fueran empresas. Y el Athletic de Bilbao es el "mimado" del país vasco. O al menos eso dicen los hinchas de El Sadar.

"El club que es una empresa no tiene el sentimiento de pertenencia que tiene Osasuna, que mantiene su esencia de siempre. Es un club de ciudad pequeña que tiene identidad, jugadores de categorías inferiores. El ambiente que se vive en El Sadar no es habitual en el fútbol español. Además, al margen de generar dinero, tiene una función social y la gente está orgullosa de eso", cuenta Santiago Zuza, director de Comunicación del club navarro.

*

En 2004, Osasuna recibía en El Sadar al Athletic de Bilbao. En la hinchada, un nene de 7 años no paraba de gritar al ritmo de los golpes metálicos del estadio: "Ooo-sasuna, Ooo-sasuna". En su mano derecha, agitaba su buzo negro.

-Mira, chaval. Te voy a dar un billete. Mejor, te voy a dar dos billetes y me vas a traer todas las bolsas de pipas que te vendan con dos billetes -lo frenó un hincha del Athletic que estaba del otro lado de las rejas escuchando los gritos desaforados del hincha navarro.

A Jose García -quien debutaría con el equipo de su amor años después- le gustó la idea. Agarró la plata y fue en busca de las pipas. Cuando volvió con siete paquetes, el hincha vasco le aclaró.

-Las siete bolsas te las vas a quedar tú. Para ti, todas. Eso sí, como vuelvas a abrir la boca en todo el partido, te tragas las pipas con cáscara y con bolsa. No se hable más.

Al hincha del Athletic la amenaza le sirvió hasta que su equipo se puso 1-0 arriba. Ahí, Jose volvió a agarrar su buzo y a agitarlo mientras volvía a gritar con más fuerza: "Ooo-sasuna". Al rato, el Athletic se puso 2-0. Y el pibe, en lugar de darse por vencido, tiró el buzo, se sacó la remera y se puso a revolearla mientras se quedaba afónico: "A por ellos". El partido terminó. Osasuna perdió aquel día, pero Jose se hizo famoso por representar al hincha navarro de El Sadar, esos hinchas que cada vez que sale su equipo cantan: "Los años van pasando y seguimos aquí porque somos Osasuna, esto nunca va a morir".

*

Para el hincha rojillo, Osasuna es más que un club deportivo: es un club social que refleja la identidad de los navarros. Mediante la Fundación Osasuna desarrolla un plan social junto con el Ayuntamiento de Pamplona. Ambas instituciones trabajan juntas en diferentes actividades en beneficio de la gente. Además de colaborar con comedores o con acciones dentro de Navarra, el club fomenta la igualdad en el fútbol. Realiza torneos infantiles mixtos, femeninos y la DF (Diversidad Fundacional) con el objetivo de normalizar la práctica del deporte entre las personas que tienen algún tipo de discapacidad intelectual. Desde 2001, dentro del campo de la "Inclusión Social", desarrolla la Escuela de Fútbol del Centro Penitenciario de Pamplona.

"Para el hincha de Osasuna, lo más importante son las raíces. Los socios valoran mucho ser un club social y deportivo. Nunca se planteó la posibilidad de transformarse en una SAD", describe Zuza. Quizá porque las SAD están vinculadas con el fútbol negocio que promueve Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional de España. En Argentina, se lo conoce porque fue inspirador de la Superliga Argentina y aconsejó la entrada de las empresas privadas en la televisación del fútbol para terminar con el fútbol por la televisión abierta.

Y si hay algo que el Osasuna rechaza, es el fútbol que se rige por las normas del mercado. Ese fútbol que no prioriza la función social ni al hincha de fútbol. El año pasado, cuando el equipo se jugaba el ascenso, una foto demostró por qué el Osasuna no tiene nada que ver con un club moderno. Xisco, jugador rojillo, cubría la pelota en un córner. En la platea, los hinchas navarros se habían parado para ver cómo terminaba la jugada. Pero eso no fue lo que llamó la atención. Si no, la no presencia del celular para captar ese momento. Atrás quedaron esos años donde el fútbol solamente se vivía. Ahora se vive, se graba y se reproduce. En Pamplona todavía hay una hinchada que va en contra del resto. Que grita fuerte cada fin de semana "Aúpa, Osasuna".


¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar