Futbol a la defensiva

(para Tercer Cordón)

"Esto es Racing" dijo ayer un hincha de la Academia cuando las redes sociales del club escribieron "¡Qué lindo es poder recibir a todes en casa!" Varios mensajes defendieron el uso del lenguaje inclusivo por parte de Racing, mientras que, otros tantos, se mostraron molestos. Los mensajes fueron los mismos que aparecen cada vez que alguien usa la E: que la RAE dice tal cosa y que escribir mal tal otra. Lo cierto, es que la mayoría de aquellos mensajes vinieron por parte de hombres quienes criticaron el uso del lenguaje inclusivo al mismo tiempo que advertían que no por eso eran machistas. Primera contradicción. Pero hubo uno en el que me detuve porque llamo mi atención: "Esto es Racing". Mirá vos. "Esto es Racing", pensé. Yo hincha de la Academia. Y, al rato, me pregunté: "¿Qué significa eso?".

En un deporte que se caracteriza por ser propiedad del macho y donde hay un uso machista de la lengua, usar lenguaje inclusivo es una contradicción. "El fútbol es un mundo organizado de manera polar: de un lado están los machos, del otro los no-machos. Pero éstos no son las mujeres, porque ellas no cuentan en este orden simbólico: los no-machos son aquellos que no son adultos -hijos nuestros- o son homosexuales -putos. Este orden implica, además de una homofobia recalcitrante, la organización de una retórica, donde humillar al otro consiste, básicamente, en penetrarlo por vía anal: 'los cogimos/les rompimos el culo'. Esto da lugar a juegos divertidísimos: son machos que afirman su masculinidad manteniendo relaciones homosexuales (simbólicas). Pero eso sí: siempre activos", dice Pablo Alabarces en Fútbol, violencia y política en la Argentina: ética, estética y retórica del aguante.

"Esto es Racing" engloba justamente aquello que Alabarces refiere. De un lado, están los machos y del otro los no-machos. Usar lenguaje inclusivo es parte del segundo grupo. Y Racing es un club de machos. ¿Se entiende?

Hoy a la mañana, leí una nota en Olé de Juan Becerra titulada "Balcones y lloronas". No voy a entrar en detalle sobre la no información que contiene este texto. Eso se lo dejo a quien quiera entrar y leerlo. Sí voy a hacer hincapié en el uso de "lloronas" que usa el periodista: "Extraño síndrome el de River, que pasa de festejar por adelantado en los balcones a llorar a lágrima tendida. A qué obedece la inestabilidad no lo saben ni los adivinos. Pero si yo fuese presidente, DT, hincha o llorona de River". La inestabilidad emocional a la que hace referencia Becerra va ligada al género femenino. Si pasas de la alegría al llanto en poco tiempo, sos un inestable emocional, por lo tanto, sos una minita. Eso parece decir al usar "llorona", en lugar de "llorón", por ejemplo. Y cuando uno lee los comentarios que desatan esta nota puede ver cómo aquel "llorona" se retoma y se usa en los posteriores mensajes. Claro que ahora acompañado de otras metáfora como"ya tienen hemorroides en el culo".

Lo que hizo Racing ayer y tanto macho le criticó no fue, simplemente, usar lenguaje inclusivo, si no, usarlo en el ámbito del fútbol. Esto es un deporte de hombres, "esto es Racing". Por lo tanto, la palabra "todes"es inaceptable. En cambio, usar "llorona" como insulto encaja a la perfección. En ambas, se hace referencia a la mujer. El problema parece ser el rol que ella cumple. Como dice Voloshinov en "El marxismo y la filosofía del lenguaje", la palabra es el fenómeno ideológico por excelencia. Toda la realidad de la palabra se disuelve por completo en su función de ser signo. En la palabra no hay nada que sea indiferente a tal función y que no fuese generado por ella. Por lo tanto, a todo signo pueden aplicársele criterios de una valoración ideológica. Entonces, cuando Racing usa el lenguaje inclusivo, no les jode una letra, les jode lo que significa. No les molesta cambiar el lenguaje, si no cambiar su lugar de privilegio.

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar